CAPITULO 33:

 Era un viernes y tanto Leo como Vero se tomaban ese día para sus citas 

Después de la escuela 

Se encontraban en un lugar de comida rápida o iban al centro comercial o incluso al cine 

Ese día Leo ya estaba por salir cuando fue detenido por Lorena

A donde vas Leo?-preguntó Lorena-

A mi cita con Vero-dijo él 

Aceptaste tener una cita con Amelia?-preguntó esperanzada además de que ignoro el nombre de Vero

Iuhh no VOY CON VERÓNICA V-E-R-O-N-I-C-A sorda y encima estúpida y descerebrada me saliste como madre-dijo y salió por la puerta

Regresa para las nueve jovencito-dijo Lorena saliendo al porche y viendo que Vero ya estaba ahí con su padre Teodoro 

Hola Leo Hola señora Gómez Padilla-dijo Vero

Hola señor Teodoro-dijo Leo ya subido en la parte de atrás del auto

Hola muchacho-se van de la casa de Leo 

Llegando al centro comercial 

Bien avísame cuando ya quieres que los venga a buscar-dijo Teodoro cuando la pareja bajo

Y no se seguramente comamos algo antes de querer volver a casa-dijo Vero-pero yo te aviso 


En el centro comercial, Leo y Verónica comenzaron a pasear, sintiéndose más relajados ahora que estaban lejos de la casa de Leo y sus problemas familiares. Era su día para olvidarse de todo y simplemente disfrutar de su tiempo juntos.

¿Entonces? ¿Película primero o comida? -preguntó Verónica mientras caminaban por el pasillo principal, observando las tiendas y los carteles de las películas en cartelera.

Película. Comida después, así puedo quejarme de lo caro que está todo mientras como, como un viejo gruñón -respondió Leo con una sonrisa torcida, tratando de aligerar el ambiente.

Gruñón, sí. Viejo, no tanto -se burló Verónica, dándole un ligero empujón en el brazo.

Eligieron una película que no sea ni de terror ni infantil que tuviera sus escenas cómicas y lo que a los dos les gustará y mientras la película avanzaba 

Leo recibió mensajes 

Los ignoro completamente y puso su celular en silencio 

Al salir del cine mientras iban a la zona 

Leo reviso los mensajes era Lorena 

Leo le contesto 

"Perdón si no te respondí"

"Estaba viendo una película en el cine"

Mientras Leo y Verónica caminaban hacia la zona de comida rápida, Leo aprovechó un momento de calma para revisar su teléfono.

 Había varios mensajes de Lorena, quien parecía bastante insistente. Verónica, notando que Leo se había quedado atrás, se giró para mirarlo.

¿Todo bien? -preguntó ella, arqueando una ceja.

Sí, solo es Lorena-respondió Leo

¿Te escribió para regañarte? -bromeó Verónica, tratando de aligerar el ambiente.

Algo así. Probablemente quería asegurarse de que no me escapé a otro país o algo -respondió Leo con sarcasmo, rodando los ojos.

Verónica soltó una risita y lo tomó del brazo mientras caminaban hacia las mesas.

Bueno, tú tranquilo. Estás conmigo, así que no tienes nada de qué preocuparte.

Leo sonrió levemente. Aunque aún sentía el peso de los problemas en casa, momentos como este con Verónica le recordaban que no todo estaba mal. Se sentaron en una mesa y comenzaron a decidir qué querían comer, dejando atrás, al menos por un rato, los mensajes y las tensiones familiares.

Mientras ya iban a la salida 

Teodoro ya estaba ahí 

Una vez dejaron a Leo en su casa y él entró 

Se encontró con Lorena quien lo quería reprender

Ahórrate los sermones Lorena si no te conteste es porque estaba en el cine y no se puede usar el celular ahí después te contesté y te dije la razón por mensaje

¿Y crees que un mensaje después es suficiente, Leonardo? ¡Eres un chico de 16 años que aún vive bajo mi techo! No contestar mis llamadas o mensajes es una falta de respeto.

Leo dejó caer su mochila en el sofá y suspiró profundamente.

¿Falta de respeto? -repitió con sarcasmo, alzando una ceja. -¿Sabes qué sería falta de respeto? Que me pasara toda la película molestando a los demás por responder mensajes. Pero no lo hice, porque tengo algo que se llama educación, algo que tú y Saúl parecen olvidar cuando me tratan com o un niño pequeño. Si el cerebro te funciona sabrás que está prohibido usar el teléfono en el cine es lógica humana y tú eres tan tarada que te lo olvidas pelotuda 

No estoy tratando de... -empezó Lorena, pero Leo la interrumpió.

Sí lo haces. Me controlas como si no tuviera cerebro como si fiera un zombie. Salí con Verónica, te avisé, regresé a tiempo, ¿qué más quieres? -su tono era frío, pero firme.- Y antes de que me digas algo más, me voy a mi cuarto. Ya hablamos suficiente por hoy.


El lunes al ser molestado por Óscar se enfurece tanto que en una pelea en la que Leo le agarró el brazo tras la espalda lo hizo ir a uno de los baños del edificio secundario y en los cubículos le metió la cabeza en el inodoro al punto de dejarlo inconsciente había trabado la puerta por lo que se escabullo por debajo de la puerta y se fue del baño nadie lo vio por lo que se fue 

Más tarde ese día al ver que David acosaba a Vero Leo corrió lo agarro de su ropa 

Esto es para que aprendas a respetar a la mujer-dijo y lo tiro por las escaleras 

Leo se que estas molesto pero la violencia no soluciona nada-dijo Vero

Leo respiraba agitado, con las manos aún cerradas en puños mientras miraba el cuerpo de David retorciéndose abajo de las escaleras. La rabia seguía vibrando en su pecho, ardiente, incontrolable.

¡Te lo dije! -gritó desde lo alto. -¡La próxima vez que le pongas una mano encima, no serán solo escaleras!

Vero bajó corriendo, preocupada por David, pero sin quitarle la mirada a Leo.

¡Leo! ¡Leo, basta!

Leo no respondía. La mirada fría, ausente. Como si todo dentro de él siguiera en guerra.

Leo, mírame -dijo Vero, poniéndose entre él y el caos. -Sé que estás molesto... sé que hay cosas que no podés soltar, pero la violencia no soluciona nada. Solo te hace parecer igual de monstruoso que los que te lastimaron.

Leo parpadeó. Las palabras de Vero lo sacudieron más que cualquier grito.

¿Vos sabés lo que es crecer con odio?-dijo, con la voz quebrada. -¿Lo que es que nadie te escuche? ¿Que te miren como si fueras un error?

Vero dio un paso más cerca, bajando la voz.

No, no lo sé. Pero sí sé que vos no sos un error, Leo. Solo estás herido. Y no merecés seguir arrastrando esa oscuridad.

Leo bajó la cabeza. Las lágrimas, esas que jamás mostraba, amenazaban con salir. Pero se las tragó.

Lo siento... -dijo al fin, casi en susurro.

David se quejaba al fondo. Un par de docentes corrían al lugar.

Tenés que irte-le dijo Vero, bajito. -Nadie te vio en el baño con Óscar. Pero esto... esto sí lo pueden usar en tu contra.

Leo asintió. Sin decir nada más, giró sobre sus pasos y desapareció por la puerta trasera del edificio, con el corazón hecho un torbellino.


Después de un rato 

Leo estaba en el patio escondido tras un árbol 

Manuel lo encontró y simplemente lo abrazó entendiendo que Leo no lo hace de malvado malvado sino que así creció a la violencia no le enseñaron de otra manera como solucionar los problemas 

La Directora María Graciela lo llamo a su oficina 

Señora Directora se que lo que hice fue incorrecto y estoy dispuesto a asumir las consecuencias pero como le dije varias veces fui sicario crecí con violencia no tuve otro modo de enseñanza imagine que cuando tenía 5 años mi "padre" Saúl me pego en el trasero con su cinturón ¿y con qué razón?Nicholas resultó con sarpullido en el pañal por no haberlo limpiado bien tenía 5 malditos años no sabia como cambiar pañales y tampoco me enseñaron y resulta que si el niño se enferma yo pago a golpes me castigaban yo apenas sabía mi nombre sabía que la L E y O forman Leo la N A y R nar y la D y O do y todo junto Leonardo y ellos querían que le leyera a Nicholas cuando no sabía ni leer ni el abecedario sabia 

Ay Leo se que es difícil lo que viviste pero no es excusa te daré una advertencia 

Esa misma tarde, Leo llegó a casa. El portón chirrió como siempre, y mientras cruzaba el umbral ya podía sentir la tensión en el aire. Sabía que Lorena y Saúl se habían enterado. Lo esperaban en la sala, sentados como dos estatuas, con caras de piedra.

¿Así que te suspendieron? -soltó Lorena sin rodeos, sin saludar siquiera.

Leo dejó su mochila en el suelo y asintió, sin decir nada.

¿Otra vez metido en problemas? -dijo Saúl, levantándose de su asiento.- ¿Qué hiciste ahora, mocoso?

Le metí la cabeza a Óscar en el inodoro. Y tiré a David por las escaleras -respondió Leo con la voz seca, sin titubeos.

¡¿QUÉ?! -gritó Lorena. -¡¿Te volviste loco?! ¡Eso es intento de homicidio!

No. Es defenderme. Y defender a alguien que no podía defenderse -dijo Leo con firmeza, clavando la mirada en Saúl. -Algo que nadie me enseñó acá. Que tuve que aprender a los golpes, literalmente.

Saúl apretó los puños. Estaba a punto de explotar, pero Leo dio un paso al frente.

No intentes pegarme. Porque no soy el nene de cinco años que podías golpear con el cinturón y que se ponía a llorar. Ahora tengo fuerza. Y ya no me voy a dejar.

Saúl se quedó paralizado. La mirada de Leo era firme, desafiante… pero también dolida.

¿Qué pretendés? ¿Hacerte la víctima otra vez? -escupió Lorena. -Si te suspendieron es porque hiciste algo mal, como siempre.

Y si terminé siendo un desastre es porque me criaron así. A base de gritos, golpes y desprecio. Pero ahora alguien decidió escucharme. Me dieron una advertencia para que se enteren par de inútiles es verdad que la historia avanzó ¿pero sabes qué Lorena?en otra época tú así como Saúl me pego con 5 años hubieras sido golpeada también por no hacer bien tu trabajo de mujer que era planchar criar a los hijos hacer las tareas del hogar y atender a su marido y hombre de la casa en general como tuviste 3 varones mala suerte . Oh la señorita Lorena Padilla fue asesinada por su marido pobres niños creceran sin madre ¿qué hizo Lorena? Seguramente no hizo bien su trabajo de mujer el marido se buscara a otra que si lo haga bien ¿qué hacemos con el cadaver?¿con estos asesinatos de mujeres?NADA SI ESTAS INÚTILES NO SABEN HACER BIEN SU TAREA NO ES NUESTRO PROBLEMA Y EL CADAVER QUE SE YO QUEMENLO LANCENLO AL RIO NO INTERESA A NADIE LE IMPORTA ESTA INÚTIL-dijo Leo dando un discurso de lo qie era aquella época en la que la mujer no tenía voto ni voz ni derecho

Tomó su mochila, se giró y se fue a su habitación, cerrando la puerta con un golpe seco. Al otro lado, Saúl se dejó caer en la silla. Lorena lo miraba, pero ninguno dijo una palabra.

En su cuarto, Leo se recostó en su cama, mirando al techo. No sonreía, pero por primera vez… no se sentía completamente solo.

FLASHBACK

La casa estaba en silencio, excepto por los llantos ahogados de un bebé. Nicholas tenía apenas 1 año, y Leo, con cinco años, lo miraba sin saber qué hacer. Estaba solo en la habitación. Había intentado cambiarle el pañal como había visto hacer a Lorena… pero no sabía cómo limpiar bien, no sabía cómo poner bien el pañal nuevo. Todo era un desastre. Y Nicholas seguía llorando.

Cuando Saúl entró a la habitación, el olor lo golpeó primero. Después, su mirada cayó sobre el bebé con el pañal sucio mal puesto y una leve irritación roja en la piel.

¡¿Qué hiciste, carajo?! -rugió Saúl.

Leo, con su carita manchada de lágrimas, solo pudo levantar la vista y decir con su vocecita rota:

Yo… yo quería ayudar. No sabía cómo…

¡Mentira! ¡Te hacés el boludo! -y sin más, se sacó el cinturón.

Leo retrocedió, tropezó con un peluche y cayó de espaldas. Saúl no tuvo piedad. Le dio dos golpes secos en la cola, tan fuertes que Leo gritó del dolor. Luego lo dejó ahí, llorando en el suelo, mientras Nicholas seguía llorando en la cuna.

Si el nene se enferma, es culpa tuya. Para eso te tenemos. Para que ayudes. No para que la cagues todo -fue lo último que dijo Saúl antes de irse.

Lorena no apareció. Nadie lo abrazó. Nadie le dijo que no era su culpa. Leo, con cinco años, aprendió que si algo salía mal… él era el responsable. Y si algo dolía… se lo tenía merecido.

FIN DEL FLASHBACK

NOCHE, EN EL CUARTO DE LEO

La suspensión ya era un hecho. Leo no quería hablar, pero Vero insistió en quedarse un rato, y Manu, como siempre, simplemente estuvo. Sentados en el suelo de su habitación, los tres compartían un silencio denso.

Leo tenía la mirada clavada en el piso, los nudillos marcados por la tensión. Hasta que, de pronto, habló:

Tenía cinco años -dijo, sin mirar a ninguno.- Nicholas era un bebé. Yo traté de cambiarle el pañal porque Lorena no estaba… quería ayudar. Se me ocurrió imitar lo que la había visto hacer.

Vero lo miró con los ojos grandes, callada. Manu no dijo nada, solo se acercó un poco más.

No lo limpié bien. El nene se irritó. Y Saúl… Saúl me pegó. Con el cinturón. Dos golpes en el trasero. Me caí. Me gritó que todo era culpa mía… que “para eso me tenían”. -Leo tragó saliva. -Tenía cinco años y apenas sabía leer mi nombre. Me pedían que le leyera cuentos a Nicholas, cuando yo no sabía ni el abecedario completo.

Leo… -dijo Vero, con la voz temblando.

¿Sabés lo peor? continuó Leo, mirándola por fin. -Me sentí como esas mujeres de antes que no tenían voz. Que si las mataban por “no hacer bien su trabajo”, nadie decía nada. Si a mí me hubieran matado… tampoco les habría importado. Me habrían tirado al río como si fuera basura. Como si nunca hubiera importado.

Manu no pudo más. Se acercó y lo abrazó fuerte. Vero también. Un silencio volvió, pero era distinto. Era un silencio que sostenía, que arropaba.

A vos te importamos, Leo -dijo Manu contra su hombro. -Y nosotros a vos.

Siempre -añadió Vero. -Ya no estás solo. Te vamos a enseñar otra forma. No con gritos. No con golpes. Con cariño.

Leo apretó los ojos. Una lágrima cayó, rebelde, aunque él no quiso. Nadie lo juzgó.

Por primera vez en mucho tiempo, se sintió escuchado. Por primera vez, no se sintió un error. Iba a sanar sin ayuda de quienes le dieron la vida

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LEO Y EL CAIN

CAPITULO 27: